El psicoanálisis onto-humanista es una corriente contemporánea de psicoanálisis iniciada por el Dr. Aníbal P. Santoro y por la Dra. Claudia C. Behn-Eschenburg, que destaca la importancia del descubrimiento del propio
ser, desde una aproximación independiente de la cultura recibida y/o las exigencias condicionantes del entorno, para acceder a los significados que limitan la capacidad individual de interactuar con la realidad y poder
darle otra dimensión a los alcances de la salud mental, en su dinámica entre debilidad y fortaleza.
Las diferencias que sustentan la necesidad de esta corriente se basan, principalmente, en el reconocimiento de los descubrimientos genéticos que determinan una realidad orgánica particular para cada individuo y en la
revisión del artículo de Sigmund Freud titulado "El malestar en la cultura"; diferencias que obligan a realizar un trabajo de personalización del acompañamiento para reconocer las necesidades, creencias y significados de
los eventos que alimentan la problemática psíquica de cada quien.
Representa una actualización de las raíces del psicoanálisis, respecto a ser un conocimiento científico no repetible y que puede ser aplicado en cada evento particular, al incorporar el criterio que dicta que "el único absoluto es que todo es relativo"
al reconocer que la genética determina la forma en la que se percibe y significan tanto la realidad como la evaluación del impacto o necesidad de respuesta que tienen las distintas circunstancias de la vida.
La partícula onto, está referida a las generalidades de lo que es, con la particular perspectiva que aporta la genética para determinar que ciertas combinaciones de genes posibilitan el agrupamiento humano según
su forma de interactuar, naturalmente, con la realidad. La referencia al humanismo, comprende al conjunto de principios y de creencias éticas y morales de la humanidad desde una perspectiva crítica y racional.
El término compuesto onto-humanismo surge para respaldar la la necesidad de volver al ser humano rescatándolo de sus circunstancias y para fortalecerlo con el fin de que pueda contribuir desde sí a su grupo social.
La perspectiva del onto-humanismo considera y comprende que distintos seres tienen capacidades naturalmente diferentes para significar y priorizar los eventos de la realidad, creando su propio sistema de creencias
y valores que se convierte en el fundamento sobre el que se asientan las creencias, valores y principios éticos y morales de la humanidad como un todo.
Resumiendo, se aparta de la visión generalizada centrada en la humanidad como totalidad para poder enfocarse en las particularidades propias de cada ser, con el fin de propiciar y/u optimizar las oportunidades de
integración social necesarias para fortalecer a la humanidad.
Las investigaciones metapsicológicas que derivaron en la teoría que sustenta esta modalidad técnica de psicoanálisis, comenzaron en el año 2003 a partir de una revisión crítica del esquema de trastornos creado por Otto F. Kernberg tras hallar similitudes
con la categorización psicológica del eneagrama.
Se reacomodó parte del mencionado esquema de Kernberg y se definió una dinámica psíquica basada en la terna necesidad primaria,
convicción errónea y regla básica, que es propia de cada tipo de personalidad esencial y determina la forma en la que el individuo interactúa con la realidad. Esto llevó a la detección de grupos específicos
de mecanismos de defensa que eran más recurridos por un tipo que por el resto.
El resultado de esta investigación inicial se condensó en el libro EneaPsiquis, Una entre nueve, que fue utilzado como texto de soporte a cursos de posgrado en la universidad mexicana Instituto Tecnológico
y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey), entre los años 2005 y 2007, y luego constituyó la base teórica de la cátedra código DI04006 "Tópicos Selectos de Dimensión Integral" dictada en el último semestre
de la Licenciatura en Desarrollo Humano, en la universidad mexicana Universidad Tec Milenio (TecMilenio), entre los años 2008 y 2016.
Paralelamente con la continuidad de las investigaciones y la enseñanza en universidades, la teoría era aplicada en la clínica privada, obteniéndose mejoras en las condiciones psíquicas de los pacientes en tiempos
más cortos.
El motivo de este beneficio se sustentó en el hecho de lograr la conexión empática con el paciente en menos tiempo, al verlo como un otro diferente que era dueño de sostener su punto de vista ante la vida. De este
modo, el árbol teórico psicoanalítico era podado para dejar disponible solamente la parte egosintónica con el paciente.
Tras nuevos descubrimientos, EneaPsiquis cedió su lugar a OntoPsiquis, cuerpo teórico en el que se describen 10 tipos de personalidad esencial, denominados ontotipos, y 56 combinaciones posibles, como parte integrante
de un modelo en el que se puede describir la dinámica posible presente en cada individuo en distintos momentos, ya no solamente de su vida, sino a lo largo de cada día.
El método utilizado para brindar el psicoanálisis onto-humanista recurre al establecimiento de un diálogo fluído entre el receptor y el analista, convirtiendo el encuentro terapéutico en instancias de recepción,
entrega, acompañamiento hacia la comprensión y al descubrimiento de los beneficios secundarios para la persona desde la perspectiva de su ontotipo.
Desde la concreción del proyecto del genoma humano se han ido acrecentando los hallazgos que parecen conducir a la existencia de más de un tipo de ser humano normal, como si existiera más de un estándar humano, a partir de la verificación de que la humanidad
comparte el 99% de la genética, pero un 1% es variable.
Además, se expresan en el cerebro más de la mitad de los aproximadamente 30,000 genes secuenciados en el genoma humano. Al mismo tiempo las neurociencias han ido confirmando que cualquier evento cognitivo desemboca
en un cambio de la estructura física del cerebro.
Con estos dos elementos ganan relevancia para el desarrollo de un individuo, tanto su capacidad de imitar como la posibilidad de ser educado; dado que se imita a partir de lo que una configuración particular del
cerebro permite percibir como estímulo de la realidad externa y responder desde lo que cada uno considera que son sus habilidades, capacidades, debilidades y carencias. Estos hallazgos comprueban que hay diferencias
estructurales del cerebro:
Se comprueba que el 50% de las personas de un espacio muestral son propensos a ser generosos debido a que cuentan con ciertas variantes del gen AVPR1. La hormona arginina vasopresina (AVP) es determinante a la
hora de establecer vínculos sociales y afectivos.
Un equipo de científicos de la Universidad de Essex, en el Reino Unido, descubrió que aquellas personas que habían heredado dos copias de la variante “larga” del gen 5-HTLPR (encargado de transportar serotonina)
eran más optimistas.
La memoria emocionalmente mejorada y la susceptibilidad a los recuerdos intrusivos tras un trauma se han relacionado con una variante de deleción (es decir, una forma de un gen en la que faltan ciertos aminoácidos) del receptor alfa 2B adrenérgico ADRA2b, haciendo que los portadores de la deleción demostraron una reducción emocional más pronunciada para los objetivos negativos y demostrando una contribución de la genética a las diferencias individuales
en la subjetividad emocional de la percepción.
Según un estudio publicado por la revista "Psychological Science Journal", psicólogos de la Universidad de Edimburgo descubrieron junto a investigadores australianos del Queensland Institute for Medical Research, que los genes condicionan en un 50% la
capacidad de ser feliz de las personas gracias a que también determinan la personalidad, lo que llaman la "arquitectura genética de la personalidad".
En un artículo aparecido en la revista Science, del 18 de julio de 2003, investigadores del Reino Unido, Estados Unidos y Nueva Zelanda, llegaron a la conclusión de que las experiencias vitales muy estresantes hacen caer en depresión a algunas personas
y no a otras debido a la presencia en sus respectivos genomas de dos versiones o alelos del gen 5-HTT que controla el transporte del neurotransmisor serotonina: una versión
corta o alelo corto (s) y una versión larga o alelo largo (l). Afirman que los individuos con un alelo corto del gen 5-HTT en su genoma muestran reacciones cerebrales más intensas frente a los estímulos muy estresantes
que aquellos individuos sin ese alelo corto.
"Los que tienen el alelo corto se toman las cosas demasiado en serio mientras que los que poseen los alelos largos son más resistentes ante las situaciones estresantes" según afirma Daniel Weinberger, del Instituto
Nacional de Salud Mental en Bethesda, Maryland, EE.UU. En estos estudios se concluye que las personas, de cualquier edad, que tenga el genotipo SL tendrán más propensión a un trastorno depresivo mayor, en tanto que
dicha tendencia estará presente en los mayores de 37 años que tenga el genotipo S.
Un experimento llevado a cabo por científicos suecos y alemanes con casi 50 voluntarios ha demostrado que dos polimorfismos genéticos, presentes en el codón 158 del cromosoma 22, afectarían la manera en que los humanos aprendemos el miedo y después lo
superamos. Met158 (metionina) es un gen dominante y Val158 (valina) es un gen recesivo.
La enzima que regulan, denominada COMT (Catecol O-metiltransferasa|catecol-O-metiltransferasa), tiene la función de inactivar la adrenalina e interviene en las rutas de metabolización de neurotransmisores
(serotonina y dopamina).
Los polimorfismos de dos genes: el gen transportador de serotonina y el gen que regula la enzima COMT, afectarían en concreto a nuestra capacidad de gestionar el temor y, por tanto, demostrarían que existe una predisposición
genética a los trastornos de ansiedad en algunos individuos.
Lo que se ha observado es que las personas con dos copias del Met158 tienen un metabolismo más lento de la dopamina y son más propensas a presentar crisis de ansiedad, en tanto que las personas
con una o dos copias del Val158 son más cooperativas y empáticas.
En el año 2008, investigadores del Instituto Karolinska de Suecia hallaron que ciertas variantes en la conformación de un gen denominado AVPR1A se traducirían en una mayor o menor disposición y aptitud hacia
la vida en pareja.
Aparentemente, la existencia de una o dos copias del alelo 334 estaría inhibiendo la acción de un gen que contiene el comportamiento promiscuo y la infidelidad, haciendo que sus portadores sean más remisos
al matrimonio, más dados a romperlo, más propensos a la infidelidad y vivan relaciones de pareja menos satisfactorias.
Estos hallazgos aunados a la investigación del Dr. Alexander Weiss en conjunto con investigadores del Queensland Institute for Medical Research, por la cual concluyen que existe una “arquitectura genética de la
personalidad” que depende de los genes en un 50% en tanto el restante 50% es dependiente de factores externos, vienen a complejizar el análisis de las conductas de los individuos por cuanto rompen con la estandarización
social del ser humano, relativizando las conclusiones teóricas generalizadas a la vez que rescatan y fortalecen la teoría de las series complementarias de Freud.
Con lo expresado respecto de la arquitectura genética de la personalidad, queda en claro que cada persona tendrá una forma de crear una respuesta a las exigencias de la realidad circundante, estableciendo un circuito de retroalimentación que lleva a la
persona a que adquiera experiencia de vida.
El problema, para el individuo, se presenta cuando el medio no valida la respuesta dada y le comienza a exigir algo que puede, incluso, llegar a estar fuera de su alcance natural; generando una situación estresante
que no halla sosiego para revertir dicho estrés, por el peso que tiene el juicio social y los rótulos que se le imponen a quienes no cumplen con lo que se espera que respondan o hagan.
El entorno condiciona y exige a un ser que vino programado genéticamente para responder de un modo dado, provocándose una situación cíclica de exigencia y frustración que va llevando a la persona a que se aparte
de sí misma para aceptar factores externos como falsos satisfactores propios.
El resultado de esta experiencia deriva en insatisfacción, en aquellas personas con ontotipos que coinciden con las condiciones que necesitaban para poder desarrollarse en plenitud.
* La persona debe recuperar su individualidad, desaprendiendo los significados imbuídos por la acción de los condicionantes culturales basados en reforzamientos positivos (premios) y negativos (castigos).
* El descubrimiento
del propio ser. es algo que suele retrasarse en función de la fuerza que tuvo el condicionamiento socio-cultural; debiéndose trabajar el permiso interior que le permita a esa persona a decidirse a ejercer su legítimo
derecho a ser y a actuar según quien realmente es.
* Contener los sentimientos de culpa que podrían surgir cuando la persona fortalecidad comienza a contemplar la posibilidad de cambio, pero considera que el mismo
tendrá un efecto adverso en sus relaciones.
* Validar sus ciclos de vida para que pueda cerrar los capítulos que la trajeron a consulta y así poder hallarse frente a lo posible con la suficiente libertad para transformarlo
en probable o en certeza.
* El fortalecimiento del individuo debe redundar en beneficio tanto para el individuo como para la sociedad, por lo que es necesario una etapa de acompañamiento en tanto se define una nueva
modalidad para integrarse a la sociedad pudiendo brindar algo necesario que le permita sostenerse y vivir con dignidad.
* Santoro, A. y Behn-Eschenburg, C. (2004). EneaPsiquis, una entre nueve. México. Instituto para el Desarrollo y Estudio de la Personalidad SC. ISBN 978-9-7097700-0-1
* Santoro, A. y Behn-Eschenburg, C. (2021).
OntoPsiquis. Más allá del eneagrama y el psicoanálisis. Tomo I. La Esencia de tu Ser. Estados Unidos. (2da. Ed.) THINSCEN The Inner Strengthening Center. ISBN 978-1-7341867-5-8
* Santoro, A. y Behn-Eschenburg,
C. (2021). OntoPsiquis. Más allá del eneagrama y el psicoanálisis. Tomo II. Tus Fortalezas Dinámicas. Estados Unidos. (1ra. Ed.). THINSCEN The Inner Strengthening Center. ISBN 978-1-7341867-4-1
* Santoro,
A. (2021). La cultura como factor propiciatorio del maltrato infantil al negar o someter una instancia intrapsíquica autorreguladora: el Nomos. Tesis Doctoral no publicada.